El edificio expresa de esta forma problemas y patologías que han de tratarse a tiempo antes de llegar a consecuencias más complejas.
Suelen empezar como pequeñas fisuras superficiales, pero si es el problema es grave, van aumentando de tamaño hasta convertirse en grietas.
Es una de las lesiones más conocidas y alarmantes, por ello es importante descifrar que hay detrás de las grietas. Un edificio es algo que se deteriora y envejece, toda grieta se debe a una deformación previa del elemento constructivo.
Se pueden producir cambios de temperatura, humedad, etc. que alguno de los materiales no puede resistir, respondiendo con la aparición de grietas y fisuras en cualquier zona de la edificación, siendo las más comunes en las construcciones de ladrillo, revestimientos o en elementos estructurales.
Tipos de grietas:
- En elementos estructurales:
Aquellas que aparecen en cualquier elemento estructural o de cerramiento y pueden afectar a la integridad del edificio y a su estética (pilares, vigas, muros, forjados, tabiques etc.). Un muro de fachada con grietas puede dar lugar a que aparezcan problemas de humedad.
- Grietas en elementos no estructurales:
Aparecen en cualquier otro elemento y no afectan a la estructura, pero pueden provocar desprendimientos de la fachada y causar graves daños si no se tratan a tiempo (tabiquerías y revestimientos).
Consideramos dinámicas a las grietas que están en movimiento, mientras que cuando carecen de movimiento y se han estabilizado, son estáticas o pasivas.
– ¿Qué hacer cuando advertimos la presencia de una grieta?
Lo aconsejable es contar con un técnico especialista, que hará un diagnóstico preciso y determinará las alternativas para corregir el defecto para realizar las reparaciones necesarias.
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