Una patología constructiva es un deterioro o lesión sufrido por algún elemento, estructura o material que conforma la fachada de las comunidades de propietarios y que ponen en riesgo la integridad estructural de la misma y de los usuarios de las comunidades de propietarios, ya que la fachada es la primera barrera de protección frente a los agentes externos.
Es primordial saber cual es el origen o causa de la lesión para poder subsanar a tiempo la patología, por lo que hay que empezar por un diagnóstico preciso para verificar que el nivel de seguridad tanto del edificio como de las personas que lo habitan es el adecuado.
El Informe de Evaluación de Edificios o IEE, es una revisión obligatoria a la que deben someterse todos los edificios de cierta antigüedad para cumplir con el deber de conservación y rehabilitación por parte de los propietarios.
Las patologías tienen un origen, una evolución y una serie de síntomas y se suelen clasificar según el nivel de riesgo y según su origen.
Según el nivel de riesgo:
- Primer grado: Esta lesión alcanza únicamente el nivel estético, no resulta peligroso y puede corregirse fácilmente con unas medidas de mantenimiento preventivo.
- Segundo grado: Afectan a la salubridad y funcionalidad del edificio.
Son lesiones que no constituyen un riesgo importante para la estabilidad estructural del edificio y requieren una intervención correctiva y una rehabilitación.
- Tercer grado: Las lesiones que representa esta fachada suponen un peligro inminente tanto para la estructura del edificio como para las personas. Es necesaria una intervención de rehabilitación urgente.
Según su origen:
Se distinguen en lesiones físicas, mecánicas y químicas.
Lesiones físicas. Causadas por la humedad, la suciedad, la erosión.
*La humedad: es una de las patologías más comunes en la edificación y se considera una de las más importantes, ya que penetra en la estructura del edificio y provoca erosión de pinturas, oxidación y corrosión de metales que llevan a acelerar el proceso de carbonatación del hormigón.
Las causas más habituales por las que se generan este tipo de patologías son las humedades por filtraciones de agua por fachadas y cubiertas, humedades por capilaridad, o las causadas por fugas o roturas de tuberías, desagües o por corrosión
*La suciedad: el uso de determinados materiales porosos y la exposición de los edificios a la contaminación ambiental.
*La erosión: producida por los agentes atmosféricos externos. Al introducirse agua a través de los poros de una edificación, una bajada brusca de las temperaturas puede provocar que el agua se hiele y al aumentar de tamaño se produzcan fracturas en el material.
Lesiones mecánicas. Sus causas se deben a un factor mecánico y provocan una sobrecarga en algún elemento de la edificación: grietas, fisuras, deformaciones, desprendimientos y erosión.
Lesiones químicas. Producidos a consecuencia de reacciones químicas en los materiales como corrosión, oxidación e incluso organismos vivos.
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